18 ago 2014

55-14. LABATA. 17-8-2014.

La Espectacular Cara Este de Labata

Aparcamiento de Candanchú, Collado Causiat, Hayedo de Sansanet, Cantalera, Laderas del Cantal y Corredor Cara Oeste. Descenso por la Este de Ruabe del Bozo, Barranco de Aspe y Collado Causiat.

17-08-2014.

Salida 08 h. Llegada 13 h.

Sol.

Bastante fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Labata procedente de Iberpix. Vía en amarillo-

            No tenía previsto ir al monte  pues estaba en otros menesteres y  tomada la decisión a bote pronto, elegimos algo corto para volver a casa al mediodía: iremos a Labata.

            A las ocho menos cuarto de la mañana, es domingo 17 de Agosto de 2014, llegamos al Aparcamiento de Candanchú. La mañana está ligeramente ventilada con viento del este que nos invita a abrigarnos un poco.

            Estamos a 1570 metros de altitud  cuando tomamos la pista de servicio que muy llana se alarga hasta las inmediaciones del Estadio de Biatlón y en dirección oeste se alarga entre promontorios de verdura y bloques de caliza gris en busca del Collado  Causiat situado a 1634 metros de altitud.
La Cantalera desde el Collado Causiat.

            Desde el collado el camino prosigue en dirección oeste ahondándose en busca de la Cabecera del Hayedo de Sansanet que alcanzamos enseguida.

Labata  desde el Hayedo de Sansanet.

                El camino en el hayedo está extraordinariamente húmedo y deslizante, la noche ha estado por debajo de los siete grados y la humedad es importante.  Avanzamos con cuidado y a ritmo con algunos sube y bajas por un transitado camino, es el GR11 que terminará por perder casi 100 metros de desnivel hasta que alcanzado un punto bajo al norte de las Paredes de Esper comienza un suave remonte por entre crecido pastizal florido en el que abundan acónitos amarillos, flores de viento, lirios, astrancias, campánulas, milenrama, geranios… al encuentro del Barranco de Aspe.

Labata que nos espera visto desde Sansanet.

            Hemos localizado la Este de Labata con sus verticales y coloristas murallones calizos y también la Cantalera, al norte del pico, que es por donde transitaremos en busca de su cima.

            Pero antes tenemos que alcanzar el Barranco de Aspe cuya aproximación final será a través de un tramo nuevo de camino establecido en la gravera, como el antiguo y que cruza las dos ramas del barranco unos metros más abajo.

            Remontamos  por el nuevo camino en el interior del hayedo hasta que alcanzamos y seguidamente abandonamos el GR11que se ahonda al norte, para tomar un débil caminillo, no demasiado transitado, que prosigue en ascenso por la base de las paredes en busca de la Cantalera: una zona ocupada por un conjunto de grandes bloques erráticos calizos entre los que destaca uno de ellos de manera poderosa y que se adorna con un pino en su parte superior.

Barranco al Norte de Labata desde el rellano por encima de la Cantalera.

            Hemos entrado al sol y nos quitamos un poco de ropa para seguir camino en ascenso por una gravera desnuda y descompuesta que ofrece un avance penoso hasta que la atravesamos para proseguir ascenso por un barranco seco y lleno de verdura que nos conduce a un rellano herboso desde el que contemplamos las Paredes de Labata, nuestro pico, y el espectacular barranco que hiende la ladera al norte del mismo cortándose vertical a juego con las mismas y que nos dará luego un poco de trabajo extra.

Corredor hacia el Cantal de Escuarez.

            Desde el rellano arranca un corredor herboso que se yergue paulatinamente en dirección oeste y que conduce a un conocido paso entre rocas hacia el Cantal de Ecuarez. Se trata del camino que solemos utilizar habitualmente para ir al Valle de Los Sarrios o que utilizamos para el Puntal de Labata.

El rellano herboso encima de la Cantalera desde la salida del corredor.

            Son las nueve y media cuando tras trepar un poco sobre firmes y fáciles calizas ocres alcanzamos la salida del corredor  a 1900 metros de altitud, lugar en el que nos reorientamos al sudoeste para continuar con el ascenso de las Laderas del Cantal

Atravesando las Laderas del Cantal en el tercer resalte.

            Se trata de una ladera de calizas claras compuesta de tres escalones de los que ascendemos los dos inferiores  y más pequeños, siguiendo puntos de rotura conocidos de la vez anterior y que al afrontar el ascenso del tercero y más consistente, iniciaremos una travesía hacia el este orientados por la amable arista norte del pico una vez que ha dejado abajo las paredes.

            La travesía recorre sucesivamente tramos rocosos con viras cómodas hasta que alcanza unos pequeños rellanos herbosos que nos aproximan al barranco, ahora muy profundo y que nos va a obligar a dar un buen rodeo pues hay que atravesarlo ya que nuestro objetivo se encuentra en la otra orilla.
La Oeste de Labata con el barranco de por medio y el corredor que ascenderemos.

            Contemplamos la cara oeste del pico con una sección intermedia que permite la subida bien por una rampa herbosa y amplia o bien por un corredor también herboso y proseguimos rodeando barranco hasta su cabecera.

            Cuando casi  nos encontramos a la altura del collado que separa a Labata de Ruabe del Bozo y frente a los paredones somitales del pico, descendemos unos metros atravesamos el barranco que toma agua de un amplio nevero residual y nos incorporamos a la ladera oeste del pico ahora en la sombra.

            Atravesamos en suave ascenso una zona de grandes bloques y seguimos con la ladera herbosa casi en dirección  norte, hasta que enseguida la abandonamos introduciéndonos al corredor que sube al este.

Saliendo del corredor a la Ladera norte, atrás Ruabe del Bozo y Puntal de Labata.

            Son una treintena de metros fáciles sobre hierba escalonada y con abundantes afloraciones rocosas que hacen cómodo el ascenso. Nos depositan enseguida en la amplia ladera somital del pico orientada al norte  y vestida de hierba que en suave ascenso nos deposita en la minúscula y afilada cima de Labata situada a 2215 metros de altitud cuando son las Diez de la mañana.

En la Cima de Labata con un skyline de ensueño.

            Labata es una punta de contrastes: Su ladera oeste cuenta con una sola parte accesible, el resto son paredes y brutales hacia el norte por debajo de la ladera somital; hacia el este los paredones son espectaculares al igual que hacia el sur aunque tiene una posibilidad que terminaremos por ver con claridad cuando alcancemos el Barranco de Aspe; nos queda el norte defendido por una arista corta, vertical y dentellada, similar a la del Puntal de Labata con paso restringido a escaladores y con material.

Parte del camino que nos ha llevado hasta aquí y Estanés.

La Este de Ruabe del Bozo que vamos a bajar.

            Hacemos algunas fotos y nos sentamos a comer un poco en este balcón tan especial que nos ofrece una imagen poco usual del Macizo de Aspe en el que recreamos nuestras andanzas: se observa perfectamente la arista norte de Aspe, la antecima y la cima, el Collado de Aspe, el barranco, la Llena de la Garganta y su zócalo rocoso, la doble Brecha Wallon y la Llena del Bozo, la Arista que conduce a Ruabe del Bozo aquí mismo, el Puntal de Labata… también al este aparece la Zapatilla, la Tuca Blanca, Esper, la Tabla de Aspe, los Lomeros de Aspe… En la distancia la Partacua desde Collarada hacia el este y una buena parte del Pirineo Axial, la Arista Ferraturas-Soques, Pallas, Arriel, Midi muy distantes al igual que Aule, Gazies y el Macizo de Sesques. También aparece en la azul lejanía Acherito, Petrechema y Anie entre otros. Mucho más cerca y discreto el Ibón de Estanés y Acue.

            Media hora después, ya hemos decidido no subir a Ruabe del Bozo ya que hemos visto un potente nevero en la cabecera del Paso de Aisa que es por donde podríamos iniciar el descenso, desandamos camino en busca del corredor, lo bajamos seguidamente y faldeamos, al igual que han hecho los rebecos, hasta alcanzar el collado sur del pico en la Arista Norte de Ruabe del Bozo situado a 2170 metros de altitud.
Solamente por esta foto ya merece la pena subir a Labata.
La también espectacular Sur de Labata.

            Desde el collado contemplamos un erguido y descompuesto barranco que tiene aspecto de no estar cortado y que nos podría permitir un descenso directo hacia el Barranco de Aspe aunque un tanto delicado ya que es de losilla metamórfica bastante meteorizada donde las presas para los pies son muy pequeñas con lo que los deslizamientos serían frecuentes y poco agradables.

            Preferimos ascender una trentena de metros por la arista y tomar en un hombro herboso la Ladera Este de Ruabe del Bozo en la que hemos creído ver descenso hasta el Barranco de Aspe, aunque va a salir más tela de la prevista.

            Descendemos un corto tramo hacia el sur para salir de las paredes que cortan la ladera y descubrimos que hay que faldear algún barranco para no ir a parar a los cortados de la ladera.

            Será una travesía cuidadosa de un par de barrancos aprovechando tramos de verdura inclinados pero escalonados que hacemos en descenso, hay que perder altitud.

            Nos conduce a un tercer barranco más amplio y lleno de bloques erosionados por el agua que tiene bastante buena pinta y por el lecho del mismo nos vamos para abajo.

Barranco que utilizamos para la parte intermedia del descenso.

El Escalón Intermedio del barranco.

Desde el Rellano del Barranco de Aspe.

            Nos facilita un descenso cómodo, rápido y seguro que cuenta con un salto intermedio que solventamos con un pequeño destrepe fácil a la izquierda del mismo. Luego prosigue para abajo pero nosotros seguimos descendiendo por la ladera que se amplía  y arrellana enseguida en busca del Rellano del Barranco de Aspe.

Ruabe del Bozo con nuestro corredor, el corredor no utilizado y Labata.

            Son las once y media de la mañana cuando alcanzamos el rellano por el que discurre mansamente el Barranco de Aspe. Desde allí contemplamos la Cara Sudeste de Ruabe del Bozo por la que ha discurrido nuestro descenso, el collado de separación con Labata y el corredor directo que no hemos utilizado y que no tiene cortes y la Sudeste de Labata en la que se aprecia la posibilidad de ascenso, un tanto artificiosa pero perfectamente posible y que no se aconseja emprender si no se visualiza previamente.

            Caminamos unos metros hacia el norte al encuentro del estrangulamiento del barranco e iniciamos con cierta inquietud el descenso del mismo cuya intención se pierde en lo más profundo de nuestra memoria. Hay cosa que envejecen antes de ser realizadas como es el caso.

            Sabemos que hay camino y esperamos que no sea de los barranquistas puesto que cuando nos enteramos del mismo todavía no había barranquistas. Desde abajo nunca hemos visto indicios del comienzo.

            Hay un débil caminillo en el praderío que se pierde incluso antes de comenzar el descenso y que reaparece en una zona húmeda inmediata en la orilla derecha del barranco. Enseguida toma pendiente y nos ofrece un descenso bastante erguido del que vamos viendo tramo a tramo. El Barranco de Aspe baja de salto en salto entre paredes pero nos ofrece soluciones de continuidad con algún apoyo de manos, sobre todo en una larga fisura un tanto húmeda con salida que resulta menos delicada de lo visto desde arriba.


La Fisura en los Estrechos del Barranco de Aspe.



En la zona de calizas claras del Barranco de Aspe.

            Vemos cerca el Hayedo de Sansanet pero todavía nos queda un largo tramo de calizas claras en la base de la pared este del barranco que aunque un tanto inclinada y con riesgo de terminar de patas en el mismo tiene muy buenas presas.
Desde la salida de los Estrechos del Barranco de Aspe.

            A continuación las paredes se retiran un poco y nos ofrecen un tramos de gravera por el que salimos de la orilla del barranco y dudamos entre cambiar de orilla o proseguir para abajo en busca del GR11 en las inmediaciones del mismo.
            Elegimos la opción directa y nos enzarzamos en el delicado descenso de la erguida ladera compuesta de rampas herbosas muy húmedas e inclinadas, de esas que dan cosa bajarlas y cordones de gravas que se bajan mejor que las zonas de hierba. Solamente diré que se hace largo bajar los pocos metros que nos separan del camino y cuya única bondad consiste en la presencia de un grupito de  jóvenes hayas que nos ofrecen protección para nuestros sufridos cerebros.
Campanulas glomeratas en Sansanet. Gracias José Miguel.

            El paso del Barranco de Aspe, tan largamente esperado se nos lleva media hora larga que terminamos con ganas y satisfacción. Luego, ni siquiera bajamos al nuevo camino sino que abreviamos pasando por el alto que tiene muy poco tránsito y tomamos ya el camino común que en descenso nos introducirá en el Hayedo de Sansanet.
Delicada flor del viento en verano.

            El GR11 está tan húmedo y resbaladizo como a la mañana y hay que caminarlo con cuidado, cosa que hacemos hasta abandonar el hayedo y en suave ascenso alcanzar el Collado Causiat y poco después el coche en el Aparcamiento de Candanchú, cuando es la una del mediodía y terminamos un recorrido circular alrededor de Labata que con un desnivel de  875 metros nos ha permitido descubrir los secretos que para nosotros guardaban, tan celosamente, las paredes del pico y el Barranco de Aspe.
            ¡Qué placer perderse en cualquier lugar del monte!
            Otro día más.



 


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