4 feb 2014

7-14. PEÑA SAN MIGUEL. 4-2-2014.



 Contraluz de la Peña San Miguel desde el Collado de San Miguel.

             Collado de San Miguel y Cara Norte, vuelta al collado, Pista de Belsué, Mirador de Buitres de Puiacuto, Ermita de Ordás y Carretera a Arguis.

04-02-2014.

Salida 10 h. Llegada 15 h.

Mixto.

Fácil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de la Peña San Miguel procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
             Un día más echamos la vista al sur cansados de tanta incertidumbre meteorológica. Iremos al Salto de Roldán para hacer las peñas.
            Contábamos con que el monte estaría medianamente seco para movernos pero subiendo Monrepós advertimos en los pinos que ha nevado ligeramente. Bueno, el sol que luce se encargará.
            Pasamos Sabayés, el desvío a Santa Eulalia de la Peña y subimos el último tramo asfaltado actualmente que nos deposita en el Collado de San Miguel situado a 1012 metros de altitud.
            Van a ser las diez de la mañana y el amplio aparcamiento está cubierto con una capa de 5 centímetros de nieve recién caída que cubre la ladera norte de la peña.

            La nieve no será problema de momento y en dirección sudeste tomamos el camino que se va a incorporar a la pared norte y que encontramos escalonado artificialmente.

            Alcanzada la base de la pared encontraremos un corto paso equipado con una cadena que no recordábamos. Se puede pasar sin utilizarla puesto que la pared tiene unos estupendos huecos y la nieve no está helada.

            Una vira horizontal y hacia el este, equipada con una larga sirga innecesaria nos coloca en el arranque del segundo resalte que tendrá alrededor de una docena de metros y que cuenta con una serie de grapas muy bien colocadas a las que le han añadido una sirga a modo de línea de vida. Así las recordábamos y superar la parte superior un poco acostada no tiene ningún problema a pesar de la nieve.
Los socios faenando en el Segundo Resalte de la Norte de san Miguel.
            Otra vira horizontal de nuevo hacia el este nos deposita en el inicio del tercer resalte. Se trata de un tramo de alrededor de 15 metros, extraplomado en principio y vertical después que se salva con una escalinata metálica a la que le sigue una serie de grapas también muy bien colocadas y que facilitan perfectamente el paso.

            A la salida otra vira nevada nos lleva al este hasta el último resalte equipado con una cadena corta y que utilizamos puesto que la roca está nevada y las presas de pie son pequeñas.

            Avanzando en ascenso suavemente alcanzamos la amplia cima de la Peña de San Miguel situada a 1126 metros de altitud. Son las diez y media.

            Recorremos la cima de punta a punta, olisqueamos tanto las ruinas de la ermita como el pozo, contemplamos la hoya de Huesca llena de neblinas y  con la cubierta vegetal oscura y seca, pero el norte es otra cosa: el fondo del salto de Roldán por el que discurre el Rio Flumen y el Reguero del Aguila por el que hemos de transitar en busca de la peña de Amán tienen las carrasquillas y los enebros parcialmente cubiertos de nieve y consecuentemente hartos de agua, lo que significa que no tenemos nada que hacer por allí a excepción de hartarnos de agua.  Es ahora cuando envidiamos al Caballero Roldán que pudo saltar de una peña a otra con su caballo.
El Fraile y Amán desde San Miguel.

            Se está bien aquí al solecillo de la mañana pero en vistas de que aparece ya cierta nubosidad por el oeste iniciamos el descenso veinte minutos después.

            Recorremos el mismo camino con idéntico cuidado y sin ningún problema nos encontramos bajando los escalones que nos depositan en el aparcamiento de la Peña de San Miguel.
            Buscamos y encontramos enseguida el camino que desde el collado baja al norte en busca del Flumen y agradablemente sorprendido lo encontramos limpio y amplio, nada que se pareciera al que conocíamos y que estaba a punto de sucumbir al desarrollo de la cubierta vegetal de Guara.
            Será estupendo nos decimos mientras descendemos alrededor de 200 metros largos hasta alcanzar la Fuente de los Lavallos. Hasta allí ha llegado la limpieza de este Otoño y a partir de allí, muy cerca ya del río, el camino está sencillamente imposible en estas condiciones. Cerrado como lo conocíamos y húmedo como se encuentra, nos invita a darnos la vuelta sobre nuestros pasos y así lo hacemos.
            Van a ser las doce cuando volvemos al Collado de San Miguel. Mientras echamos un café con un dulce las maquinetas que ha ido trabajando durante el camino nos ofrece distintas alternativas.
            No sabemos exactamente ni conocemos camino alguno a Piacuto pero podríamos reconocer la Pista de Belsué y bajar por la Ermita de Ordás a la carretera. También podríamos ir a conocer el Dolmen de Belsué pero suponemos que con el camino nos puede suceder algo similar a lo que hemos desechado. Así que tomamos la pista y marchamos adelante en dirección norte.

            La Pista llanea o asciende muy suavemente para girar al oeste después y transitar una zona sombría y cubierta de nieve pero antes nos detendremos en el Mirador del Salto de Roldán para echar una visual más a nuestra deseada Peña de Amán a la que a lo mejor tampoco hubiéramos llegado ya que el resalte somital sigue blanco y allí sí que faltaban clavijas.
Punta del Aguila.

            Luego la pista se quiere orientar al norte de nuevo y la abandonamos por un ramal que sale hacia el oeste y que asciende por un vallecillo por el que discurre una línea eléctrica y el Barranco de Masa Sabucos. A l norte de la misma están los resaltes calizos de Puiacuto.
            Enseguida alcanzamos el collado perfectamente acartelado a 1212 metros de altiutud y abandonando la pista que debe bajar a Santa Eulalia proseguimos en ascenso por el ramal de la derecha que enseguida se arrellana en el Mirador de los Buitres, un casetón de madera instalado al lado de la pista y en las inmediaciones de un muladar.
Mirador de los Buitres de Puiacuto.

            Estamos a 1280 metros de altitud y puesto que va a ser la una nos metemos en el mirador para comer al sol de la mañana que se cuela entre estratos altos de nubosidad que se van desarrollando poco a poco.
           Media hora más tarde me volveré tranquilamente por el mismo camino en busca del coche comprobando como la nieve va desapareciendo y la nubosidad que sigue incrementándose. Mis socios continúan pista adelante unos metros hasta que un cartel les saca de la misma para faldear por el oeste el Pico Puiacuto hasta coincidir con el camino que baja de la Punta del Aguila para seguidamente introducirse en la masa de pino de repoblación en la que se encuentra el Refugio y la Ermita de Nuestra Señora de Ordás.
Ermita y Refugio de Ordás.

            El refugio a 1090 metros de altitud está abierto y muy decente al igual que la ermita que también se encuentra abierta. Luego, tras acercarse a las Ruinas del Castillo de Ordás enclavadas en un farallón calizo asomado al Río Isuela tomarán un camino que pasando por encima de las paredes del oeste del farallón pasa junto a un refugio circular  de piedra seca  y ya en descenso se llegarán hasta un reducido aparcamiento de las inmediaciones de la carretera a la altura del kilómetro 589 al que llegaré yo alrededor de las tres de la tarde y tras recogerlos nos volvemos a casa poniendo fin a una jornada con sorpresa y en la que hemos tenido que improvisar sobre la marcha y sin mapa y en la que hemos movido un modesto desnivel de alrededor de 580 metros. La tarde sigue con nubosidad creciente amenazando precipitación que se producirá poco más tarde.



            Solamente añadir que la Peña de Amán se queda apalabrada para otro día con terreno seco.

Para ver más fotos.
           


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