1 ene 2012

1-12. CANAL ROYA PARA ESTRENAR EL 2012. 1-1-2012.

FELIZ AÑO NUEVO.
 
Aparcamiento Cabaña de Arraille, Pla de la Gradillera y Arista Norte.

01-01-2012.

Salida 10 h. Llegada 14 h.

Sol.

Muy fácil.

Esquís de montaña.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
 
Mapa de Canal Roya procedente de Prames. Vía en amarillo.

            “¿Y te lo vas a perder en la cama?” Decía Jorge García Dihinx en su última previsión meteorológica hecha el 29 de Diciembre.

            -Desde luego que no, nos dijimos algunos, que estamos considerando muy seriamente la adopción de nuevas costumbre frente a las más inmovilistas por tradicionales.

            La mañana de Navidad abandonamos la cama pronto para subir hasta la Mallata de Isún dando contenido a una mañana casi siempre poco útil. Despedimos el 2011 en Espelunciecha el día de los Inocentes y hoy, para empezar el año con buen pie, renunciamos el tradicional Concierto de Navidad de la tele e incluso al Concurso de Saltos de Garmich Parterkirchen y  nos vamos a Canal Roya. ¡Gracias Jorge!


 
            La mañana en Sabi está cubierta con nieblas bajas que se disipan por encima de Bubal dejando una mañana de postal cuando llegamos al aparcamiento junto a la Cabaña Arrailha al inicio del descenso del Portalet.

            Localizado el hielo que perla el asfalto del aparcamiento y con  el que hay que “estar al loro” con las botas de plástico, son las diez y media pasadas cuando nos bajamos en busca del puente sobre el Barranco d’Aneu, con los esquís al hombro, y no es buen síntoma que en estas fechas haya tan poca nieve en este paraíso invernal. Lo suyo sería cruzar el barranco sin necesidad del puente.


            El Valle d’Aneu, que tantas veces hemos recorrido, está como siempre: amable, acogedor y soleado a estas horas de la mañana aunque vestido de poca nieve y dura pues ha habido mucho rehielo y me tomo tiempo si no llovió algo ayer.


            Pasamos junto al Centro Pastoral, y tras el primer resalte aparece la zona intermedia del valle pastoreada por la Peña de la Glera. Hay que escuchar el monótono sonido de los esquís que nos lleven para arriba.

Peñade la Glera.
 
            La nieve sigue muy dura además de bastante irregular. Vamos, todo menos cómoda pero… más arriba, a la entrada del Rellano de la Gradillera, nos introducimos en la sombra y la nieve empieza a mejorar apareciendo más regular. Contemplamos la luminosa Peña de Arazures al noroeste y al oeste las luminosas palas de Canal Roya que nos parecen distantes pero sabemos que no.

Peña Arazures.

Canal Roya.
 
            Vamos pasando gente “Bonne anee” nos dicen y así lo deseamos y esperamos para todos, mientras nos acercamos a las palas somitales de la vertiente noroeste del pico.


            Bajo la pala superior iniciamos el característico flanqueo en busca del Col de Houer o de la Gradillera avanzando en dirección oeste. La nieve está buena y subimos en procesión pues hay una sola huella y no demasiado marcada.

 
            La llegada al collado es luminosa ofreciéndonos un precioso contraluz de la cima en la que hay personal.

            Proseguimos ligeramente al oeste de la arista en busca de las rampas más suaves puesto que la nieve de nuevo está dura. Unas conocidas zetas nos conducen  para arriba en medio de un numeroso grupo galo que lleva las cuchillas puestas. Nosotros no lo haremos pero en algún paso más erguido y con la nieve muy acristalada pues eso.

Un cafetito caliente.
 
            Son las doce y media un pelín pasadas cuando alcanzamos la Cima de Canal Roya a 2345 metros de altitud, una cifra completamente armónica. Hay gente y buscamos un sitio cómodo para nuestras maniobras habituales.

 
            Echamos un traguillo de acuarius, cuidado con la manía que mi chica le ha pillado al brebaje, pero sobre todo bebemos paisaje conocido y no por ello menos placentero.

El Este.
 
            Hacemos alguna foto para nuestro recuerdo y brindamos por el nuevo año con café con leche caliente teniendo por testigo al Aspe.

El Oeste..

El Valle de Aneu.

            Allí están casi todos los que imagináis: Tendeñera, Telera, Aspe Bisaurín y  un porrón de cimas de los Valles Occidentales más distantes. Panticosa y Sallent también, delante Foratata. A ambos lados la Arista de Canal Roya tanto hacia el Mala Cara como hacia el Portalet. Nos hacen una foto con ese espléndido montón de piedras… el Midí, omnipresente señor de estos valles.

 
 
            Echamos una última visual al Valle d’ Aneu sembrado de hormigas y tras montarnos en los esquís nos vamos para abajo.


            Dos giros cortos arriba y casi de plano nos catapultan para abajo. Somos pésimos esquiadores, lo sabemos pero nos conocemos; y cuando eso sucede los miedos de mi chica se despeñan ladera abajo para propiciarle un descenso celestial. La nieve está muy dura pero ¡Dios mío, qué bien se baja!

                        Llegamos al Col de Houer con una sonrisa que no nos cabe en el casco. ¡Con qué poco se puede ser feliz!

            La soleada pala bajo el collado está blandita y acogedora luego más  dura pero sencillamente maravillosa. Descendemos placenteramente las suaves rampas que en un día no muy lejano fueron una fuente inagotable de estrés y de despropósitos.

 
            Salidos de la Sombra de la Peña de la Glera, bajo los Rellanos de la Gradillera, la nieve está ya muy blanda. ¡Quién nos iba a decir que nos llegaría a molestar la nieve blanda!


 
            Solamente queda descender sin historia los últimos metros, alcanzar el rellano y remontar con los esquís al hombro hasta el coche que está donde lo dejamos a 1720 metros de altitud.

            Recogemos los bártulos, compartimos una cervecita “semilight” al fresco de la nevera local y nos “alavamos” puesto que nos espera la comida familiar de Año Nuevo. A las dos y media estaremos peleando con los langostinos, la montaña ya para otro día, que no falte,  que no tarde y que no se le ocurra faltar a nadie.

 

             

             

 

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