27 ene 2008

3-08. COMODOTO. 27-1-2008.

La este de Comodoto desde el Tozal Blanco.
 
Collado de Espierba y Arista Este.
 
27-01-2008.
 
Salida 9:00 h. Llegada 15:00 h.

Sol

Bastante fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Comodoto procedente de Prames. Vía en amarillo.

            El fin de semana se anuncia esplendoroso, a juego con la semana que estamos disfrutando. El 2008 está saliendo divino para la vida al aire libre.

            Tanto es así que el viernes 25 de Enero nos vamos con la luna llena algo pasada a La Raca y el sábado 26, comemos pronto y a la una y media estamos en el coche con destino a Pineta.

            Cerca de Bielsa fotografío lo que creo que es la arista este de Comodoto y sin más nos introducimos en el valle con la intención de disfrutarlo todo.

            Pasamos Javierre que está que se sale y luego el embalse, después paramos un poco más arriba para hacer alguna fotografía que saldrá con el traje de la oscuridad de las tres de la tarde en este angosto valle, de cuyo fondo ya hace rato que se ha ido el sol.

            En el desvío de Espierba nos dicen que la carretera está completamente limpia hasta el pueblo pues en esta zona parece que hay un poco más de nieve que por el Valle de Tena.

            La sombra en un fondo de valle cubierto de nieve completamente, a 1250 metros de altitud invita al movimiento y… tranquilamente nos llegamos hasta los Llanos de La Larri. Nos acercamos a la Cabaña que está abierta y limpia y disfrutamos de un rato estupendo.

            Un cuarto de hora más tarde nos damos la vuelta aproximadamente por donde hemos venido tras imaginar el camino hacia el Refugio de La Estiba que localizamos desde la parte superior de la Plana Fonda en nuestra última visita al Robiñera.

              Son las seis y media de la tarde casi noche cuando llegamos al Refugio de Pineta.

            Aparcamos en la carretera puesto que abajo hay poco espacio y la cuesta de salida al día siguiente puede estar muy helada, y tras recoger casi todo lo necesario nos bajamos hasta el refugio.

            Se trata de un enorme caserón a pié de carretera que tiene como principal objetivo servir de alojamiento barato a turistas y esquiadores. Por una parte no es viejo y así lo parece pero por otra, la entrada tiene unas goteras tremendas y luego, por dentro está algo descuidado y muy sucio con telas de araña por doquier.

            Nos dirá el guarda, muy amable, cuando le comentamos la actividad, que por allí van los franceses. Que tendremos huella.

            Es una habitación de cuatro con dos literas dobles y hay una pareja de jóvenes que han venido a esquiar a Piau-Engalí. Son castellanos, parecen universitarios y resultan majetes. Charlamos de montaña y de esquí distendidamente hasta que se marchan a hacerse una pasta para la cena.

            Nosotros nos empiltramos cuando van a ser las nueve de la noche.

            Es un refugio de carretera y se cena tarde. Luego lo del silencio…tela marinera. La pareja vuelve cenada y charlamos un rato más. Finalmente yo desconecto y me voy a mi gloria particular cálida y relajada a pesar de que las habitaciones están solamente separadas ópticamente con paneles y la puerta es una cortina y el follón es ciertamente intenso.

            Son las siete y media cuando movemos al domingo 27 de Enero.

            A las ocho y cuarto subimos con todo al coche y tras limpiar un poco el hielo de los cristales marchamos carretera abajo mientras se van deshelando con la calefacción.

            En el desvío correspondiente, seis kilómetros más abajo del refugio, tomamos una estrecha carretera de montaña que tiene el firme recién echado y que está completamente limpia de nieve. Tras 2 kilómetros y medio nos sitúa en medio de un desperdigado pueblo de montaña. Espierba está situado en un inclinado rellano, huido del fondo del valle y acostado al sol de la tarde.

            Pasamos casas absolutamente desperdigadas, muchas de ellas en proceso de rehabilitación y casi al final charlamos con uno del pueblo que confirma nuestras informaciones y nos dice que la barrera está levantada.
 
Ordesa desde el Collado de Espierba.

            Pasan de las nueve de la mañana cuando alcanzamos la barrera situada a la salida del pueblo y damos la vuelta al coche para aparcar. En la pista hay manchas de nieve y no nos fiamos.

            La mañana está espléndida y a las nueve y cuarto comenzamos la marcha sobre los 1400 metros de altitud,  en dirección oeste y casi de llano.

            No habremos caminado ni medio kilómetro cuando hacia el norte nace un ramal de pista que es el que tenemos que tomar. Con ella y en suaves lazadas ascendemos poco a poco. La base de la pista está casi cubierta de nieve en su totalidad pero como está todavía medianamente dura no se sube mal del todo. A pesar de ello entramos en calor ya que llevamos algo de carga con raquetas, piolets y crampones.

            Nos quitamos ropas conforme ascendemos, alcanzamos un rellano en el que el pinar se aclara y afrontamos las últimas lazadas de la pista cuando el pinar sucumbe a la altitud y aparece la pradera alpina.

Cerca del Collado de Espierba.

            Son las diez y media de la mañana cuando llegamos el Collado de Espierba situado sobre los 1800 metros de altitud. Si hasta ahora hemos disfrutado con la incomparable vista de la cara norte de la Sierra de las Tucas, a la que se le ha ido agregando la norte de las Tres Sorores, ahora aparece el espléndido paisaje de la vertiente sur del Valle del Real, y toda la Arista Este de Comodoto que es nuestro objetivo.
 
Las Tres Marías y la Suca.

            Superado un pequeño ressalte, la nieve, que no es demasiada, está medianamente dura. La vertiente sur de la arista está limpia y la norte está llena de nieve un tanto endurecida. La progresión mixta  es obligada y los tramos de nieve a la sombra están muy duros por lo que decidimos ponernos los crampones.

En la arista hacia el Tozal Blanco y Comodoto.

Depresión al este del Tozal Blanco.
 
            Inmediatamente de ponérnoslos se acaba la nieve dura y empezamos a hundirnos ligeramente cuando iniciamos el amplio y soleado corredor que conduce al Tozal Blanco situado a 1994 metros de altitud.

Robiñera desde el Tozal Blanco.
 
            Alcanzada la cima vestida de afloraciones rocosas divisamos la continuación de la arista que se ensancha y se arrellana en la depresión de la Plana el Dué. Nosotros continuamos en dirección oeste y tras dejar atrás la plana nos incorporamos a una amplia ladera, también soleada que se va elevando y conduce a una suave loma acotada a 2135 metros.

La Estibeta por delante del Balcón de Pineta.
 
            Aprovechando que llevamos los crampones la faldeamos ligeramente por su vertiente norte, medianamente inclinada y vestida de nieve dura y alcanzamos de manera económica el collado en el que se inicia el casquete somital del pico sobre los 2100 metros.

Comodoto desde la Antecima Este.
 
La arista al principio es suave pero enseguida se yergue medianamente lo que la hace fácil tanto si se progresa por la nieve de la arista como si se busca terreno limpio en la vertiente sur. Un tramo intermedio un poco más erguido conduce a los últimos metros finales escalonados y metamórficos en los que abundan las pizarras.

Llegando a la Cima de Comodoto.
 
Luego la arista se allana y se alarga perfilada y horizontal hacia el oeste conduciéndonos a la cima de Comodoto a 2361 metros de altitud cuando son las doce y cuarto de la mañana. Rosa llega detrás con los crampones en la mano. Se le ha roto uno de ellos.

La Norte de la Suca.

La Norte de las Tres Marías desde Comodoto.
 
Almorzamos en la cima disfrutando de un espléndido paisaje  que comienza en Portañús, nos enseña la norte de todos los Mallos, la Punta de los Verdes, La Monesma, las Tres Marías y la Suca.; De Ordesa se ven desde Las Olas, hasta el Forcarral incluyendo los menores como el Rabada, el Navarro o la Espalda de  Esparrets; y cambiando de Valle Chinipro, Robiñera  y toda la Sierra de Liena. Para cerrar, al este se divisa la arista de la espada de Urdiceto, Fulsa y Suelza, la Peña de las Doce, el Llosal, la Peña la Una y algo del Macizo de Cotiella. Quería venir para aquí para reconocer desde aquí y el día es inmejorable.

Collado de las Puertas.
 
Detalle de la Sur de Robiñera.
 
Contemplamos la fácil subida, que suponíamos haríamos al pico, desde el Tozal de las Coronetas entrando por Chisagües y seguimos soñando: allí está la Faja Tormosa esperándonos. Está lejos de cualquier lugar accesible pero todo llegará.

Collado de Añisclo desde Comodoto.

Baudrimont, Espalda de Esparrets, Soum y Perdido.
 
En la Cima de Comodoto.
 
Media hora después tomamos dirección este iniciando un plácido descenso. Nos encontramos con una pareja que quiere ir al pico y bajar por la Pista de la Estiva, les decimos que la bajada es fácil pero que la vuelta es más larga y seguimos para abajo para alcanzar el Collado de Espierba.

La Este de Comodoto.
 
Son las dos de la tarde. Comemos al sol con poca agua. Hoy hemos hecho casi corto debido al tórrido sol que nos ha acompañado durante todo el día metiéndonos en calores y sudores.

Plácido descenso de la Este de Comodoto.
 
Media hora para comer y luego una hora más de pista nos permiten alcanzar nuestro coche cuando la sombra ya le ha alcanzado. Son las tres y media y hemos liquidado una gratificante actividad en la que hemos movido 950 metros de desnivel, ayer fueron 350 metros de paseo.

Bebemos nuestra cerveza al fresco del neverillo residual y tranquilamente nos vamos para abajo tras cambiarnos de calzado.

Pasamos por Bielsa que está concurridillo y paramos en Boltaña para echar un paseo por la plaza y alrededores que siempre resulta agradable.

Alrededor de las seis y media estamos en casa, con tiempo para casi todo, especialmente para beber para reponer líquidos y para celebrar un día de invierno sensacional como pocos.
 

 

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