25 ene 2008

2-08. LUNA LLENA EN LA RACA. 25-1-2008 y 13-3-08.


En la Cima de la Raca.
 
Parking  de Astún, Rellano de Ptrado Blanco y Pista de la Raca.

25-1-08 y 13-3-08.

Salida 22 h. Llegada 01 h.
 
Luna llena.

Fácil.
 
Ascensión.
 
 Florián Oliván, Gabriel Miranda, Elena Casas, Jesús Manero, Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de la Raca procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            Nuestras actividades de montaña se suelen realizar con la luz del sol. Si es necesario, por alguna circunstancia especial, podemos utilizar las frontales  pero no dejan de ser una excepción consecuencia de la visita a alguna cueva, la vuelta tarde de una actividad o el inicio de alguna actividad principalmente glaciar que requiere el frío de la noche para la dureza de la nieve.

            La luz de la luna también puede ser utilizada conjuntamente con la nieve. Nuestra experiencia cuenta con momentos en los que tales circunstancias proporcionan una claridad inusitada y son la base de las actividades nocturnas con luna llena.

            Hace ya algún tiempo que se pusieron “de moda” los paseos  nocturnos sobre la nieve o el esquí nocturno sobre alguna pista iluminada artificialmente. Proporcionaban una experiencia diferente y, ese esquí prácticamente ha desaparecido pero en cambio, todavía tiene “cierto arraigo”, la utilización de las pistas de esquí paras realizar ascensiones con esquís de travesía o paseos con raquetas a la luz de la luna llena.

Hace ya algunos años que probamos la experiencia con los esquís de travesía tanto en Astún como en Formigal, pero entre los relevos de mi esposa y los míos, la nubosidad nocturna y la cantidad de nieve necesaria, no es demasiado fácil conseguir la noche adecuada pues hay que decir que nosotros somos malísimos esquiadores.   
 


Un alto para alguna foto.
 
La luna llena fue hace tres noches pero a pesar de ello, hoy 25 de Enero de 2008 lo vamos a intentar y se apuntan al asunto algunos amigos. Así que nosotros que pensábamos subir con los esquís lo haremos con las raquetas.

El tiempo es estupendo, la temperatura está agradable y a las diez de la noche estamos poniéndonos las raquetas en el Aparcamiento de Astún, aprovechando la luz de una farola, la luna no ha salido todavía.

A veces hace fresqui.
 
Las últimas máquinas pisanieves se van y nosotros partimos de los 1700 metros de altitud en dirección nordeste para tomar la pista que desciende por la orilla izquierda del barranco. Entra un poco de viento que está endureciendo la nieve.

En la primera bifurcación de pistas dejamos la que continúa próxima al barranco y tomamos la que se orienta hacia el sudeste. Es la pista ancha que conduce  tras una pequeña vuelta a la zona intermedia de la estación, la zona de Sarrios.

La noche lo permite y los cañones comienzan a fabricar nieve a la vez que se asoma la luna tímidamente por el Collado de Astún.

Nosotros enseguida abandonamos la pista ancha, tomamos otra más estrecha y más erguida que discurre al oeste de la anterior y, tras dos resaltes asequibles,  nos conduce al rellano de la cafetería, Cota 2000,  obligándonos a subir a buen ritmo a pesar de las paradas para hacer fotos con dudoso futuro. La conversación distendida ayuda a progresar con buen ritmo de manera relajada.

Con la Luna detrás de nosotros.
 
La estación, a la luz de la luna que no esta precisamente esplendorosa, presenta algunos cambios según nuestros recuerdos pero básicamente nos muestras la pista que conduce a la Raca como salida única hacia arriba. Pasamos sobre la cafetería  sobre los 2000 metros de altitud y atacamos el resalte del paso estrecho al este de la arista norte de la Raca.

Tras el paso estrecho la pista se arrellana un poco y se amplía conduciéndonos al resalte superior que incluye un amplio quiebro de 90º de izquierda a derecha según el sentido de ascenso, al efecto de incorporarse a la cabecera de la arista norte.

Una ligera brisa anuncia la arista e inmediatamente la cumbre de La Raca a 2284 metros de altitud. Son las once y media de la noche. De una soberbia noche espléndidamente estrellada y con una luna que, aunque no llena, ha iluminado suficientemente el delicioso placer que ha supuesto el ascenso. Han sido 575 metros de desnivel que han resultado muy llevaderos. La noche y la nieve siempre mitigan los rigores del camino.
 
Con las luces del Valle del Aragón.

En la cima, además de las fotos, el café con leche, los dulces y los frutos secos; disfrutamos de un paisaje un tanto especial, discreto e ineludible para los conocedores: el Midí, Señor de esta zona del Pirineo y el Mala Cara en el horizonte nordeste, la arista de Astún hasta los Monjes y la Arista hasta Somport de norte a oeste, la Canal Roya con el Fastuoso y oscuro Diente de Anayet al este junto a la arista que une la Moleta con Collarada y en el fondo, las discretas luces de Canfranc, Candanchú y Astún.

Media hora después, no hemos tenido que abrigarnos, iniciamos el descenso por el mismo camino hasta la zona de cafeterías. Bajamos a muy buen ritmo.

            A la altura del rellano en el que está la pista de principiantes nos vamos un tanto al norte para no repetir el mismo camino  y tomamos la pista grande desde su cabecera.

 Somos adelantados por un par de esquiadores que bajan a todo trapo, seguramente muy conocedores de la estación, luego somos refrescados por los cañones que están funcionando a pleno rendimiento y sin prisa pero sin pausa nos llegamos al coche cuando va a ser la una menos cuarto. Liquidamos así una actividad que no siendo nada del otro mundo es una experiencia agradable como poco para casi todo el mundo y mucho más para los que cuentan con poco experiencia en la montaña. Solamente es necesario vencer la pereza que da salir al monte cuando se hace de noche.

Solemos subir a la Raca, algunas veces solos pero casi siempre con amigos. Se trata de una actividad sencilla que suele resultar muy agradable por inesperada. Hoy 12 de Marzo de 2009 volvemos, nosotros con los esquís y otros con las raquetas.

Solo falta alguna frontal.
 
La luna llena sale a la hora que le corresponde y hacemos el ascenso prácticamente sin ella, lo que no es mayor problema que la falta de espectacularidad.

En hora y media alcanzamos la cima de la Raca con una temperatura, exagerando un poco, casi “veraniega”; lo que es una auténtica delicia.

Estamos un buen rato contemplando como los altoestratos restan bastante luminosidad a la noche, la despojan de espectacularidad pero nos permiten una actividad placentera sin ningún problema más que un poco de falta de relieve en la nieve a la hora de girar en las zonas menos iluminadas. Una hora de descenso es suficiente para liquidar el paseo

Ayer fue peor pues se quedaron nieblas agazapadas en el circo. Y es que, las condiciones ideales no son fáciles de conseguir o como acostumbro a decir: a veces, lo mejor suele ser enemigo de lo bueno.

Es recomendable llevar frontales por si aparece nubosidad.

 

 

 

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