8 nov 2003

29-03. PUNTA LLERGA Y PUNTA PALOMERA. 8-11-2003.

Subida a Punta Llerga desde el este. 16-7-06.

Collado de Santa Isabel, Corredor Este y Cara Este. Cara Noroeste de Punta Palomera. Descenso a Santa Isabel.

08-11-2003

Salida 10 h. Llegada 14 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Punta Llerga procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            Punta Llerga es un pico  que se ve muy bien en los mapas y también desde algunos puntos próximos a la cuenca intermedia del Cinca. Lo había visto en uno de mis mapas en alguna ocasión en la que proyectas actividades al objeto de conocer un poco mejor el Pirineo y quería subirlo.

            Desde el oeste es una cima inconcreta, poco definida y nada aislada, pasa perfectamente desapercibida, desde la carretera hacia Plan no se ve nada en medio de un enorme paredón vestido de pinar cuyos pies se incrustan en el Congosto de las Devotas y desde el Collado de Santa Isabel, sencillamente no se ve.

            Ir a un pico que no se ve, además de que personalmente no me gusta, suele resultar a veces complicadillo. En esta ocasión va a ser una excepción puesto que desde Saravillo se distingue perfectamente la enorme masa del pico e incluso se puede adivinar su vía de acceso.

            El sábado 8 de Noviembre de 2003 nos levantamos antes de la siete, de tal forma que a las siete y media estamos en medio de la niebla, hacia la Guarguera. Las nevadas de la semana anterior se habían chupado el fin de semana y cuando llegó el anticiclón nos mostró un Pirineo fuertemente nevado hasta los 1800 metros de altitud. Durante toda la semana de buen tiempo había contemplado como la nieve permanecía prácticamente tal cual había caído, y en consecuencia, con tanta nieve sin transformar, poco o nada se podía hacer en altura. Así que, allí estábamos. Habíamos decidido hacer una actividad cara de coche, barata de esfuerzo y con una altitud moderada a salvo de las prematuras y abundantes nieves.

            Las nieblas desaparecen al entrar el la Guarguera y con un coche tras nosotros nos llegamos hasta Ainsa. Se dilata un tanto la llegada al Mesón de Salinas en medio de una mañana llena de cielo azul y a la entrada de la carretera a Saravillo, un patinazo sobre el hielo del asfalto me pone las pilas definitivamente a la vez que me llena de incertidumbre respecto al camino que nos espera.

            Atravesamos Saravillo por medio y reconociendo el aparcamiento del final del pueblo, tomamos la pista que reconocemos perfectamente de la última vez que subimos hasta el Refugio de Lavasar.
 
Refugio del Collado de Santa Isabel. 16-7-06.

            La pista está en estado aceptable y fundamentalmente en dirección sur  nos ha de conducir, dejado atrás un par de desviaciones que tengo perfectamente localizadas y a través de media docena de lazadas importantes, desde los 1000 metros de Saravillo a los 1524 metros del refugio de la Collada de Santa Isabel. Son las diez menos cuarto.

            La chimenea del refugio pastoril humea y hay un par de coches aparcados.

            Nos ponemos las botas, echamos una ojeada al refugio y en busca del camino que sube desde el pueblo nos vamos pista abajo. No encontramos el inicio del camino y unos minutos después nos damos la vuelta sobre nuestros pasos para volver hasta el rellano del refugio y buscar por allí.
 
Amanece sobre Punta Palomera y atrás Llerga. 17-7-06.

            Desde el rellano se advierte la posibilidad  de salvar los paredones  del Cantal que cierran directamente el paso por el sur, aunque por allí, no parece que haya camino. Es más lógico bordearlos por el norte como así haremos.

            Enseguida localizo trazas de camino que conducen a la masa arbustiva bajo los paredones. Hay que localizarlo a cualquier precio ya que la pedrera caliza está vestida de boj y genista y si no es por camino la progresión puede resultar complicadísima.
 
Vertiente Oeste de Punta Llerga y atrás Cotiella. 12-5-07.

            Efectivamente, se trata del camino que en dirección norte inicia el ascenso suavemente al encuentro de los paredones calizos. El camino ha sido limpiado de boj para facilitar el tránsito del ganado y está bastante pisado. Es más, creo que llevamos a alguien delante pues hay alguna huella que lo delata.

            Enseguida alcanzamos la base de la pared y tras unos metros horizontales bajo las mismas iniciamos el ascenso de una enorme pedrera que baja de algo arriba y que enormemente crecida e inclinada hemos atravesado ya en la parte superior de la pista con el consabido comentario acerca del riesgo de que cualquier caída de piedras, pueda cortarla o provocar un accidente.

La Este de Punta Palomera que dejamos a nuestra izquierda. 16-7-06.
 
            La subida es fuerte, el terreno es muy inestable y hay que emplearse con eficiencia, pero ya se intuye claramente la continuación puesto que el barranco que sube por nuestra derecha nos ofrece su orilla izquierda, muy empinada pero carente de barreras calizas

Los paredones, ya poco potentes nos echan del barranco horizontalmente. El camino lo atraviesa sobre los 1900 metros de altitud y prosigue en fuerte ascenso a través, de nuevo, de boj y genista.

Poco más arriba, desaparece la masa arbustiva que es sustituida por una abrasada pradera alpina a la que le salen piedras de inmediato.

La piedra caliza ocre va sustituyendo progresivamente a al pradera  conforme nos aproximamos a un espolón que en dirección este nordeste se va a convertir en arista.

Aquí es donde, desde la pedrera, hemos localizado al grupo que va delante de nosotros.

            Alcanzo la arista que me recibe con un fresco vientecillo por lo que proseguimos para arriba próximos a ella pero al abrigo del viento.
 
Llerga desde el final del corredor.
 
            Enseguida alcanzamos la nieve, alrededor de los 2100 metros de altitud  y huellas que no son del día y que están durísimas debido al viento que campa por la zona.

            Se sube bien por las huellas o haciéndolas sobre nieve medianamente blanda pero le doy a Rosa el piolet para que vaya más tranquila y proseguimos para arriba hasta alcanzar una zona de suave pendiente desde la que avistamos el casquete somital del pico escoltado por dos puntas próximas, una a cada lado.
 
Sin desde Punta Llerga.

            Casi horizontalmente flanqueamos el final de la arista que se ha convertido en un dorso perfectamente nevado y flanqueando por la parte norte del dorso buscamos un suave y plano collado. A partir de allí nos queda ascender el casquete somital del pico que es una suave pendiente  orientada al este, medianamente nevada y que permite subir fácilmente los últimos 50 metros depositándonos junto al vértice geodésico de Punta Llerga a 2267 metros de altitud. Son los doce menos veinte y hemos subido en hora y media.

            Bajamos unos cuantos metros y en una isla limpia de nieve nos ponemos a almorzar frente al sol.

            Se hace frío enseguida, lo que confirma el por qué no se ha ido la nieve durante estos días.
 
En Punta Palomera con Cotiella.

            Veinte minutos después, subimos hasta el vértice geodésico y desde allí echamos una visual sobre uno de los lugares más descoyuntados del Pirineo, un caos geológico en el que la erosión es sin discusión el protagonista principal de tan magna obra. Luego, siguiendo una huella nos vamos hasta la cima sur y por su arista sudeste nos bajamos hacia la plana estiba que atravesamos de frente y en casi imperceptible ascenso en dirección  a Punta Palomera de 2232 metros de altitud.
 
            Sorprendemos a tres perdices con plumaje de otoño y a un sarrio enfermo que no tiene demasiadas ganas de marchar cuesta abajo hacia el sur, debe preferir quedarse al abrigo de la  inclinadísima ladera. Hacemos una fotografía de los Mobisones y de los alrededores de Cotiella, todo inmaculadamente vestido de nieve y tomamos cumplidas notas de la zona para, en algún futuro no muy lejano, acercarnos hasta aquí y pegarle un repaso a Cotiella, al Mobisón Grande y las Agujas de Lavasar, de las que solamente vemos una afilada y oscura punta.


            Luego, volviendo sobre nuestros pasos en dirección noroeste nos acercamos hasta la dolina en la que se encuentra el grupo que hemos visto subiendo. Se trata de un grupo de franceses que está explorando una pequeña sima. Charlamos un poco con ellos y continuamos en suave ascenso hasta la parte superior de la arista por la que hemos llegado y, alcanzada la huella, nos vamos por ella para abajo.

Punta Llerga desde las inmediaciones de la Collada. 9-6-12.

            El descenso se hace largo y la contundente pendiente nos pasa cumplida factura en las rodillas.

            Cogemos unas ramas secas ya próximos al refugio y a las dos menos cuarto nos llegamos al refugio, hemos bajado en poco más de una hora y damos por liquidado un día en el que apenas hemos movido 800 metros de desnivel.

            Charlamos con una pareja de mozos que quieren continuar hacia Mobisón pero se dan la vuelta para preguntarnos. Se trata de la pareja que encontramos el día de las Tres Marías y la Suca allá por Agosto del 2001. Uno de los mozos repite, según Rosa, prácticamente la misma conversación hasta que caemos en la cuenta
.
Palomera y Llerga detrás de la Solana desde Montañesa. 9-6-12.h

            Charlamos un rato mientras yo avivo el fuego y comemos junto al mismo, fuera se hace fresquillo puesto que algunos frentes van entrando y cubriendo el cielo con una tenue nubosidad.

            Quieren ir a Cotiella por aquí y les explicamos un poco el tema según lo hemos visto. Les aconsejo que se suban con crampones hasta el collado sudeste del Mobisón Grande y desde allí oteen el horizonte. Además así hacen algo de actividad, ya que para mañana han anunciado agua y no sería nada de extrañar que se cumplieran tales previsiones por lo que se ve.
Llerga desde Arties. 21-5-11.
 
            Luego nos metemos en el coche cuando son las tres de la tarde y nos vamos poco a poco para abajo hasta Saravillo. Echamos un café con leche en el pueblo, luego le echamos una ojeada también al pueblo que se encuentra bastante reconstruido y, sin más tomamos la carretera  y nos llegamos a casa pasando por Cotefablo cuando ya es de noche a pesar de que solamente son las seis de la tarde. Ha sido una pena que la actividad no haya tenido un poco más de consistencia, pero la verdad es que tampoco estamos muy trillados últimamente, lo que no quiere decir que no hubiéramos podido con algo más de tomate.

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