27 ago 2002

14-02. LA INTEGRAL DE SIERRANEVADA. ETAPA 1. DE LA HOYA DE LA MORA A LA CARIHUELA POR EL CABALLO. 27-8-2002.

Hacia los Tajos de la Virgen.

Hoya de la Mora, Collado de la  Carihuela, Tajos de la Virgen, Tajos del Nevero, Fraile Capilleira, Tosal del Cartujo, Tajos Altos, Cerro Caballo, Tajo de los Machos y Refugio de la Carihuela.
27-08-2002.

Salida 09 h. Llegada 19 h.
Sol.

Bastante fácil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de la Hoya de la Mora a la Carihuela por el Cerro Caballo procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
            Bajar a Granada nos cuesta ocho horas… llegar a las Granjas de Astau, cuatro. Aquellos franceses del refugio de Tucarroya hasta se reían del sol español en este malísimo verano del 2002

            Tenía claro que alguna vez había que bajar a Sierra Nevada. Habíamos pasado por Granada en nuestro viaje al Atlas y habíamos visto, de lejos, aquellas montañas, había hojeado el libro de Pablo Bueno... ¡¿cuatro días  para ida y vuelta sobre el cordal…?!

El lunes día 26 de Agosto comienza a las seis y cuarto de la mañana. Rosa ha salido del trabajo se cambia y tratará de dormir en el coche.

La Meseta esta ligeramente nublada, la M-45…en un cuarto de hora y sin tráfico estamos a la altura del Cerro de Los Angeles con circulación de salida. ¡Adiós Madrid!. Nos acercamos a Granada  y cuando nos queremos dar cuenta estamos en la carretera que conduce a Sierra Nevada, la más alta de Europa.

El Río Genil baja con agua, lo que nos llena de esperanza. La información que nos facilita por teléfono la Federación Andaluza de Montaña es poca y mala en relación con la existencia actual de agua en la zona. En internet nos ponemos un poco al corriente del tema de refugios, no conocíamos pirineos3000. Una pobre descripción de la travesía en cuatro días  nos sirve por toda referencia, nosotros disponemos de un cordal de 16 kilómetros de tresmiles para hacerle en cuatro días ida y vuelta.

Pasado el Barranco de las Víboras encontramos el Centro de Interpretación del Parque del Dornajo en el inicio de la carretera hacia Güejar Sierra. Charlamos con Pepe que parece ser el responsable del centro, un montañero de la vieja escuela, amable, buen conocedor de su montaña, que nos ve enseguida y nos facilita rápidamente información a nivel de nuestras necesidades.

Luego nos llegamos al Aparcamiento de la Hoya de la Mora. La barrera está en la vuelta siguiente y al conductor de uno de los autobuses pequeños que hacen el servicio de allí para arriba le pregunto y me dice que el primer viaje sale a las ocho de la mañana de la barrera y que vale 6 euros ida y vuelta.

Hay unos cuantos chiringuitos prácticamente cerrados y hacia ellos nos vamos en busca de algún lugar para poder plantar la tienda. Los alrededores están llenos de basura pero en la parte de atrás de los chiringuitos hay una manguera que canaliza una surgencia fresquísima. ¡Bravo!

 Estamos a 2550 metros de altitud, cogemos agua y nos vamos para abajo en busca de algo adecuado para nuestras pretensiones. Será una terracita plana y vestida de pinarra a la entrada de un pequeño pinar en el desvío de la carretera que baja a Maitena y allí nos quedamos.

Al sol de la tarde tenemos tiempo para todo, cenamos, plantamos la tienda y contemplamos una puesta de sol sobre un horizontal mar de brumas. A las nueve nos empiltramos al abrigo que nos ofrece el pinar y que a Rosa le sentará de maravilla.


DE LA HOYA DE LA MORA  A LA CARIHUELA POR EL CABALLO.


A las siete menos cuarto de la mañana iniciamos el martes día 27. A las ocho menos diez estamos aparcando en la Hoya de la Mora y seguidamente nos echamos las mochilas al hombro y nos vamos hasta la barrera para montar luego en el autobús un tanto refrescados pues la mañana está algo ventosa y ligeramente fresca. Son las ocho y cuarto.

Hacia el Balcón del Veleta.

El viaje dura alrededor de media hora en la que se recorren aproximadamente 8 kilómetros y nos deposita en uno de los miradores del Corral del Veleta desde el que se contemplan los paredones de la cara norte del mismo.

A la sombra, la mañana es fría y ventosa, son las nueve menos cuarto y estamos a 3100 metros de altitud. Así que, sin pérdida de tiempo, partimos carretera arriba en suave ascenso, en dirección sur, con cierta prisa y con ganas de entrar en calor.

Pasamos bajo el tendido de alguno de los arrastres más altos de la estación de esquí, también junto a una retroexcavadora que está trabajando la parte superior de la pista de descenso, abandonamos poco después la carretera que sigue para arriba y nos introducimos a nuestra derecha en una pista que se alarga casi horizontal hasta el Collado de la Carihuela del Veleta.

Allí nos recibe el sol. Subimos cuatro pasos y llegamos al Refugio de la Carihuela situado a 3200 metros de altitud. Son las nueve y cuarto.    

Deshacemos las mochilas, preparamos un par de ellas muy ligeras, extendemos los sacos de dormir y a las nueve y media abandonamos el refugio.

Iniciamos la actividad del día en dirección prácticamente oeste subiendo y bajando fácilmente un primer resalte que nos deposita en el collado al este de unos paredones importantes. Son los Tajos de la Virgen.

Faenando en los Tajos de la Virgen.

Enseguida tenemos que emplear las manos sobre todo para situarnos sobre los primeros dientes bastante lisos y algo erguidos pero con buena roca.

No son pasos de dificultad pero se lleva su tiempo alcanzar nuestro primer tresmil de la jornada los Tajos de la Virgen con 3237 metros de altitud.

Hacemos una fotografía y contemplamos sobre la ladera norte los Lagunillos de la Virgen y poco más allá la Laguna de las Yeguas, única represada de todas las que hay en la zona, situada sobre la cabecera de la estación de esquí.

Desde los Tajos de la Virgen hay un largo camino hasta el Caballo.

El cresterío se puede faldear por ambas laderas pero nosotros hemos venido a hacer la cresta siempre que sea posible para nosotros.

La cresta se aloma en suave y claro descenso que nos conduce enseguida a otro  collado en el que se inicia  un tramo erizado que es el de los Tajos del Nevero.

Caballo, Tajos Altos y Cartujo.

De entre una serie de dientes fáciles destaca su punto culminante que es el Pico del Fraile Capileira de 3160 metros de altitud.

En el segundo tresmil del día hacemos una nueva fotografía y seguimos adelante por una loma suavemente ondulada de materiales metamórficos oscuros y bastante meteorizados que se transitan muy bien. Parece ser que la buena roca está situada donde es necesaria.

La cadena axial de Sierra Nevada es de origen metamórfico con una reducida variedad de materiales sobre los que predominan los esquistos micáceos brillantes y fácilmente erosionables, que se convierten en arenillas “maravillosamente brillantes” y que nos recuerdan a los materiales que encontramos en el Circo de Saas Fee, aunque de tonos generalmente más oscuros. Originarán mayoritariamente laderas muy transitables y lomas redondeadas, aunque de cuando en cuando, materiales un poco más resistentes originen pequeñas paredes y finas aristas que aquí las llaman crestones y raspones, y que nos servirán para recordarnos a nuestro Pirineo.

Nos advirtieron ayer que cuidáramos con el viento. Bueno, viento hace pero no es nada a tener en consideración especial. Cuando se nos hace calor en el lado sur nos pasamos al norte y enseguida nos refrescamos. El día está sensacional para caminar y el horizonte próximo absolutamente limpio.

Ruinas del Refugio Elorrieta.

Poco más adelante y tras un tramo de suave ascenso alcanzamos el Refugio de Elorrieta situado a 3192 metros de altitud, unas extrañas edificaciones con aire militar compuestas por una serie de habitáculos medio derruidos de los que alguno  todavía está habitable. Fueron excavados en la roca y la cubierta, en algunos casos, practicada a base de cubrir con mortero la roca.

Aquí se abre la arista en dos ramas separadas por el Río Lanjarón. Nos vamos en descenso  por una amplia pedrera hacia un collado en el que hay un cuadro de enormes proporciones alisado con la intención de convertirse en un jardín botánico que nunca lo fue y en el inicio de la arista que se orienta más al noroeste nos paramos para almorzar un poco. Son las once y cuarto.

Tajos Altos.

Un cuarto de hora después reemprendemos el camino en ligero ascenso, dejamos abajo y a nuestra izquierda la Laguna de Lanjarón y el río que se va a ir ahondando poco a poco en dirección sudoeste y alcanzamos enseguida la cima del Pico del Tosal del Cartujo situado a 3152 metros de altitud, tercer tresmil del día.
Veleta, Elorrieta, Alcazaba y Mulhacén.

El suave descenso del pico por una loma amplia nos introduce en una serie de puntones interminables en los que tan pronto estás subiendo como bajando de ellos. Se trata de un camino inequívoco y tedioso a la vez que nos aproxima poco a poco, ahora ya en dirección sudoeste, a nuestro claro objetivo que visualizamos continuamente.

Tajos Altos y Cerro del Caballo siempre al fondo.

Cerca ya de nosotros se yergue sobre una serie de prominencias de 3111 metros, 3109 metros y 3004 metros el Pico de Tajos altos, una fina cúpula de 3201 metros de altitud a la que subimos fácilmente. En el descenso avistamos a media altura en el Valle del Lanjarón la delicada Laguna Cuadrada y poco antes, en el fondo del río el original Refugio del Peñón Colorado, constituido por tres tramos semicilíndricos unidos.
EL Lanjarón y el Cerro del Caballo ya más cerca.

La marcha se alarga un tanto cuando alcanzamos nuestro último punto bajo en la arista situado ligeramente por debajo de los 2900 metros de altitud. De allí para arriba, en dos oleadas sucesivas, hemos de ganar el punto más occidental de nuestra travesía.

Cerro del Caballo.

Virando ya al sur y a través de un caminillo bastante transitado sobre meteorizada pedrera metamórfica en la que encontraré un diminuto cristal de roca nos subimos el centenar largo de metros que nos depositarán en la cima del Pico del Caballo de 3015 metros de altitud, nuestro quinto tresmil del día y el más sudoccidental de Sierra Nevada. Es la una y media.

En el Cerro del Caballo con el Valle del Lanjarón.

Junto al vértice geodésico hacemos una foto, contemplamos la suave arista que se baja hacia el Refugio Ventura, echamos una vez más la visual hacia lo que hasta ahora era hacia atrás y nos vamos para abajo por el mismo camino para alcanzar poco más de media ladera.

Laguna y Refugio del Caballo.

Luego atajando por medio de la pedrera, en dirección nordeste nos llegamos a la Laguna del Caballo situada a 2850 metros de altitud y junto a la misma nos disponemos a comer y beber pues se hace sed con el camino y el viento cuando son las dos de la tarde.

Media hora después, tras echar una visual al Refugio del Caballo situado en la orilla oeste de la laguna y encontrarlo limpísimo, un tanto viejo y con una capacidad para unas diez personas, continuamos para abajo en dirección este-nordeste al encuentro de un camino que aproximándose al cauce del río remontará junto a éste el valle.

Laguna Cuadrada.

Cerca del río encontramos a un pastor dando sal a un pequeño rebaño de ovejas. Lo saludamos y atravesamos el menguado barranco  a una altitud de 2725 metros y en dirección sudeste iniciamos el ascenso de la ladera izquierda del río al encuentro de la parte superior de la Loma del Cañar.

Son 300 metros de desnivel que subimos pacientemente utilizando los tramos más firmes de pedrera y algunos retazos de verde sobre pequeñas surgencias.

Atravesamos el camino que horizontalmente transita esta ladera, se nos hace largo el final cuando se acuesta la pendiente y alcanzamos la parte superior del cordal un poco al sur de la zona de los Tajos de los Machos, hemos empleado en el ascenso cuarenta minutos

Cerro Caballo, laguna y refugio.

Luego, en dirección prácticamente norte pasamos la cota 3056 metros y tras un suave descenso por amplia loma ascendemos suavemente al segundo puntón que es el Pico Tajo de los Machos situado a 3081 metros de altitud cuando son las cuatro menos cuarto. Hemos hecho el sexto y último tresmil del día.

Una foto más y continuamos adelante bien por la parte superior de la loma o bien un poco por su ladera oeste fundamentalmente en suave ascenso hacia el collado al oeste del Refugio Elorrieta.

He contado 37 prominencias desde el Refugio Elorrieta hasta el Caballo, con razón el camino de la mañana nos ha resultado un tanto tedioso.

Desde Elorrieta el Veleta y el Mulhacén.

Van a ser las cinco de la tarde cuando bajo el refugio nos sentamos un poco a echar un buen trago de agua. La tarde va pasando.

Luego tenemos que remontar un poco hacia la arista para salir de los paredones del norte del collado y alcanzar el camino que saliendo del refugio transita toda la ladera norte de los Tajos y nos ha de conducir al Collado de la Carihuela.

El camino muy transitado pierde bastante altitud hasta aproximarse al más alto de los Lagunillos de la Virgen, lugar en el que Juan se acerca para reponer el agua en todos los recipientes que, unos llenos y otros vacíos hemos traído preveyendo la posibilidad de llegar al refugio aprovisionados ya de agua.

En los Lagunillos de la Virgen. El agua siempre preciosa.

Juan tarda lo suyo pues llena en una surgencia con mi cantimplora y con paciencia mientras Rosa se larga camino adelante e inicia el ascenso del amplio corredor que conduce al collado.

Luego los dos juntos pasamos junto a dos lagunillas casi desecadas e iniciamos a buen ritmo la subida del corredor.

Hemos de ascender por encima de 200 metros de desnivel que al sol de la tarde en tan abrigado lugar nos meten en sudores por primera vez en el día. A las seis y media alcanzamos la pista en el collado y nuestro refugio, liquidando un día que hemos saldado con 1277 metros subidos y 1155 metros bajados además de una muy considerable distancia recorrida y no gratuitamente, en la montaña todo tiene su precio.

Seguimos solos en el refugio y aprovechando el sol de la tarde apostados en uno de los laterales del refugio liquidamos las cervezas y la bolsa de olivas que para eso hemos subido hasta aquí, a la vez que se secan un poco nuestras ropas humedecidas por el sudor.

Pero a esta altitud y a estas horas el sol hace ya relativamente poco por lo que al rato optamos por entrar al refugio, abrigarnos bien e ir preparando la cena.

El refugio es semicilíndrico y de piedra con dos hileras superpuestas de literas en las que se pueden acostar 20 personas tranquilamente. Delante de las literas hay un espacio único con un banco de piedra adosado a la pared, perchas sobre él y una enorme mesa de madera con un banco a cada lado a juego con la mesa. En el banco de piedra hay una despensa con bastantes restos de comida en caso de necesidad y sobre la mesa preparamos nuestra abundante cena que hemos traído gracias a que sabíamos que era poco lo que teníamos que portearla.

Cenamos sobre las siete y media, contemplamos a unas cabras que han venido, se supone, a cenar con nosotros, hasta las inmediaciones del refugio y a las ocho y media, utilizando las dos colchonetas de gimnasia que hay, y para placer de mi señora en la hilada baja de las literas, nos empiltramos
Mapa de Sierranevada procedente de Iberpix.

El calorcillo que nos proporciona los sacos junto al fresco ambiente del refugio a estas horas nos precipitan de inmediato a un profundo sueño del que, una hora después, nos despiertan los golpes en la puerta de un montañero al que se le ha hecho tarde para bajar hasta el coche y ha decidido pasar la noche aquí.

Le damos agua pues llega seco, le ofrecemos hasta la tienda pues no lleva saco y sobre las tablas tiende su esterilla, se abriga y a dormir todo el mundo.

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