29 oct 2000

38-00. EL PALLAS IMPREVISTO Y COMPLICADO. 29-10-2000.

 El Pallas desde el Ibón Intermedio de Arriel.  14-7-05.

Embalse de la Sarra, Llano Cheto, Ibones de Arriel, Cara Sudeste Corredor a la Arista Sudoeste y Arista Sudoeste. Descenso por la Cara Sur y Corredor Ladormeur.

29-10-2000.

Salida 08 h. Llegada 17 h.

Sol.

Bastante fácil.

Ascensión.

Mapa del Pallas procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            Hacía ya muchos años que habíamos subido al Pallas. En aquella ocasión, un día de verano, fue con Gabriel y  Rosa de camino a nuestro primer Balaitús. Nos habían dicho que tenia un corredor a la izquierda, rebasado el Pitón Von Martin y tuvimos la suerte de encontrar la cita en la entrada del mismo y luego llegados a la arista un poco por aquí y poco por allá siguiendo la misma hasta la cima.

            Llevábamos tiempo diciendo que teníamos que volver al Pallas pero las primeras y prematuras nieves del otoño aparcan el proyecto. Luego, las buenas temperaturas de octubre se llevan la nieve y el domingo 29 decidimos subir.

            A las siete y media salimos para arriba. La predicción meteorológica es dudosa pero amanece con estrellas y el tiempo nos da confianza. De cualquier forma tenemos la alternativa de la travesía de Musales si la cosa está fea cuando lleguemos a medio camino.

El Aguas Limpias. 5-6-07.
 
            A las ocho ya es plenamente de día, aparcamos en la cola del Embalse de La Sarra a 1438 metros de altitud y nos echamos al camino. La mañana está fresca y el cielo está levemente salpicado con dispersos retazos de nieblas absolutamente inconsistentes.

En el Paso del Oso. 5-6-07.
 
            De conversación nos llegamos a la entrada del Valle de Soba y poco después,  a la nueve y diez, al Paso del Onso y  al  Llano Cheto.

Cascada Inferior de Arriel. 5-6-07.
 
            Caminamos en dirección norte salvo pequeños cambios de dirección como la de este llano hacía el este, que se compensará inmediatamente al abandonar el camino a Respomuso y tomar el camino al Circo de Arriel en el Paso del Pino.

Ibón Inferior de Arriel desde el sur. 5-6-07.
 
            En el repecho de la pedrera del Pico de Arriel subimos junto al barranco del mismo nombre alcanzando con cierta facilidad el desagüe del circo y por conocido y transitado camino recorrer toda la cubeta lacustre.

Nieblas sobre el Pallas. 5-6-07.
 
              Sorprendemos a la cara oeste del Balaitús con traje de novia, lo que inquietará a Rosa y casi dormidos a los ibones en los que ya hay mosquitos: la mañana está bastante buena.

Collado de Arremoulit desde el Ibón Superior de Arriel.
 
            Contorneamos por el oeste el Ibón de Arriel Alto y atravesada la pedrera que baja del Collado de Arremoulit, sobre los 2285 metros de altitud, paramos al solecillo para almorzar cuando son las diez y media.

Pallas desde la Cubeta Lacustre de Arriel. 14-7-05.
 
            No emplearemos mucha más de diez minutos en la faena para continuar luego para arriba hasta alcanzar el camino bajo de los que salen desde el Collado de Arremoulit y que salvan la afloración rocosa que moja sus pies en el ibón alto.

            Mi buen ojo me dice que no habrá que perder altura para incorporarnos al pedregal sur del pico y así es, nos metemos en decidido ascenso en busca de la vertical de la cara sur del pico para pasar enseguida bajo el Collado de Pallas.
 
Pallas y Balaitus desde el collado de acceso al Paso de Orteig. 8-5-11.

            Una pareja baja hacia el ibón mientras que otra pasa más arriba, suponemos que hacia el pico, pero terminará yéndose hacia el Collado de Lavedán: nuestros caminos se cruzan en la distancia.

            Subimos el pedregal a buen ritmo ya que la pendiente es importante, alternando los materiales más firmes que encontramos con retazos escalonados de pradera alpina.  Nos acercamos al Collado de Pallas y al Pitón Von Martin sorteando pequeñas manchas de nieve soleada y blanda.

            Rebasado el pitón aparece a nuestra vista un claro corredor y decidimos que será el nuestro ya que nos encontramos próximos  al eje de simetría de la cara sur del pico.
 
            Ascendemos los últimos tramos de pedrera y no encontramos la cita que esperábamos a la entrada del corredor. Lo que sí hay es un pequeño nevero de entrada y sin huellas.

            Dudamos pero nos decidimos por él.

            El principio es algo liso y erguido, me recuerda a la entrada del corredor sur del Collado de Neouvielle. Me parece algo fuerte para que nosotros lo hubiéramos hecho con Gabriel y Rosa en aquella época y tampoco se parece en nada a la grieta estrecha que nosotros creemos recordar.

Inicio del corredor erróneo y paralelo al Ledormeur. 6-8-06.
 
            Bueno, el corredor es bastante vertical pero salvadas las complicaciones de la entrada no ofrece dificultades aunque hay que ir seleccionando continuamente la vía. No es camino para todo el mundo ni mucho menos.

            Subimos alrededor de 125 metros de desnivel con el mismo y cuando alcanzamos la arista, sorpresa: ¡éste no es el corredor!

            La pared oeste es vertical, la este también y la arista es de mucho respeto.

            La primera decisión es la de bajar el corredor y buscar el bueno, seguidamente pienso en hacer el Pitón Von Martin y dejar el pico para otra ocasión y la tercera es probar la pared este del centinela  que se opone a nuestro paso para ver qué pasa.

            Le digo a Rosa que no ha terminado de subir, que empiece a bajar, o mejor dicho que se quede donde está y que espere mientras pruebo.

            La pared este es vertical fundamentalmente, pero el granito es bueno y hay una posibilidad de incorporación a la misma en travesía que inicio. Luego supero un par de escalones verticales y sucesivos que me conducen a una pequeña repisa bajo un gran bloque  extraplomado. Pero se me ilumina la bombilla y en lugar de pasarlo por debajo lo escalo y me encajo en un nicho tras él. Se trata de la clave del centinela pues allí nace una incierta vira inclinada que permite superar la vertical del centinela y avistar una continuación fácil que conduce al rellano inclinado al que tiene que llegar el corredor que deberíamos haber tomado.

Deshago la vía y vuelvo a por Rosa que tendrá alguna dificultad para superar los pasos atléticos para ella pero necesarios para izarse sobre el bloque extraplomado.

            Luego fácilmente, salidos del embarque, alcanzamos el rellano inclinado en el que se asienta pradera alpina, las citas de la salida del corredor y el transitado camino sobre la hierba que continua paralelo a la arista. Nos las prometemos muy felices pues la cima está ya muy cerca.

            Pero el día va de sorpresas, el rellano se acaba, el camino llega a la arista y ¡sorpresa!: la arista está complicada, la pared este es muy vertical entroncándose con la cima, por lo que el camino debe discurrir por la cara oeste pero el claro corredor que la recorre está cubierto  por un erguido nevero de aspecto bastante desagradable. Lo que recordábamos como un fácil paseo por la arista se puede complicar decididamente ya que la nieve está durísima, la temperatura está relativamente baja y estamos sin material para el hielo.

            Hay una primera alternativa consistente en atravesar el corredor para tomar unas rocas limpias  y lisas en la zona derecha del mismo y progresar por ellas, con algún paso sobre nieve ya un poco soleada, hasta la cima; pero la nieve está durísima y son necesarios 8 ó 10 punterazos para  hacer una huella suficiente para la puntera hasta mitad de la planta y menos huella no es aconsejable debido a que el corredor es muy empinado además de larguísimo y no se le ve el fin. Así que, tras hacer 4 ó 5 huellas decidimos abandonar la idea.

            La otra alternativa que se nos ocurre es intentar progresar por la arista libre de nieve pero bastante aérea y lisa en principio.

            Vuelvo con Rosa que se ha quedado fuera de la nieve en la arista e iniciamos la escalada de la misma. El granito está frío como el ambiente, la moral está flojilla pues vamos un tanto frustrados y la incertidumbre nos atenaza un tanto: el primer tramo de arista  es bastante delicado pero lo pasamos.

            Al sol continuamos otro tramo más horizontal y más sencillo que conduce a un muro vertical y liso, al que a su lado este le sale un corredor también vertical que parece puede conducirnos a la cima del pico.

            Hacemos una pequeña travesía hacia el centro de la pared sur del casquete somital del pico y tras superar un par de pasos erguidos pero con buenos agarres alcanzamos la base de una fisura estrecha y vertical que se sube bien y que termina en el final de la arista que, de una forma u otra, estamos subiendo.

            Hasta allí llega el nevero de la cara oeste que nos ha traído las últimas complicaciones y hasta allí llega Rosa. Pero para acceder al monolito cimero hay que atravesar una fínísima arista de nieve casi horizontal de 4 interminables metros pues estamos sin material.

            Pero a horcajadas la paso y luego la tengo que volver a pasar en busca de Rosa que no se queda como ha jurado hace un instante.

Balaitus desde la Cima del Pallas.
 
            La arista, ya mixta continúa unos pocos metros más  y unos últimos pasos sobre roca lisa limpia de nieve e inclinada nos conducen a la cima del Pallas cuando son las doce y media. Estamos a 2974 metros de altitud y han sido 1550 metros subidos en cuatro horas y media.

El Corredor Ledormeur. 6-8-06.
 
            En la cima un sol frío nos ilumina, 200 metros más abajo están las nieblas que nos sitúan en una isla en medio de un océano de algodón. Hacemos una foto cogiendo la parte del Balaitús que emerge de entre las nieblas y como el paisaje no va a ser para nosotros por esta vez, nos vamos para abajo. Puede ser que haya sido de las cimas más efímeras que recordamos en nuestra vida montañera.

            El descenso lo hacemos con cuidado hasta la arista nevada. Allí tallo fácilmente y en el lado este de la misma unas profundas huellas que resultan muy consistentes y que nos permiten franquear la arista con cierta facilidad y elegancia, para inmediatamente afrontar el descenso de la fisura.

            El destrepe de la misma resulta fácil como imaginábamos con técnica de empotre y poco más abajo, llegados a la arista y cambiamos de ruta: he visto una posible vía en medio de la pared que compruebo mejor al llegar a la arista. Creo que nos puede permitir el descenso más fácilmente que por la misma arista.

Puesta de Sol sobre Pallas desde Balaitus. 14-7-05.
 
            El tramo resulta entretenido en busca de sucesivas repisas con algún que otro paso aéreo pero nunca difícil. Además, al solecillo y al resguardo del viento nos van entrando en calor las manos.

            Justamente antes de alcanzar el rellano herboso en el que se inicia el descenso del corredor que vamos a utilizar para bajar, nos paramos a comer, las hostilidades suponemos que ya han terminado por hoy pues, en otro caso, mi esposa no habría accedido a hacerlo aquí y ahora.

            Es la una y cuarto y en un cuarto de hora nos despachamos continuando para abajo.

            Poco después tomamos el corredor que deberíamos haber tomado para subir. Tiene citas en la entrada y también un poco más abajo.  Es amplio, de dificultad equivalente al que hemos tomado nosotros salvo el paso de entrada. Termina en su parte baja abriéndose en dos ramas: la rama derecha es la fisura estrecha que recordábamos y que está equipada con un par de rápeles montados y la rama izquierda que nos gusta más, también se estrecha bastante y lo bajamos con más incertidumbre que cuidado, ya que el final también está relleno de nieve.

El Pallas y el Circo colgado de Lavedán. Visibles los dos corredores utilizados.14-7-05.
 
            Al fin, la nieve está blanda y fácilmente alcanzamos unas pulidas y redondeadas viras graníticas escalonadas que nos conducen a la pedrera alrededor de 25 metros más al norte que el inicio del corredor tomado a la mañana para el ascenso.

            No vemos la enorme cita que esperábamos encontrar en el inicio del corredor y sin más tomamos el blando nevero que conduce al barranco y que nos permitirá resbalando medianamente, bajarlo rápidamente  pues la nieve está blanda.

            Al final abandonamos el nevero, relleno como esperábamos de trampas de nieve, cuando ya nos ha dejada muy abajo.

Pallas desde Lurien. 25-7-01.
 
            Poco después localizamos las primeras trazas de camino en la pedrera que seguimos, pues suponemos, como así será, que se trata del camino que contornea el ibón superior por su parte izquierda.

            Con el camino cada vez más marcado alcanzamos la orilla del ibón a 2259 metros de altitud. El paretazo tiene más de 600 metros de desnivel. Atravesar la cubeta lacustre por este lado es más directo que por el otro pero aún así se lleva su tiempo pues las proporciones de la misma son bastante considerables.

            Decidimos bajar un poco más para buscar un lugar abrigado y al sol ya que por aquí entra algo de viento fresco del sur. Al final en la pedrera de la cara sur del Pico Arriel, atravesado ya el barranco  y apoyados en el caliente granito de los contrafuertes más bajos del Garmo de la Frondiella bajo la cascada, paramos a echar un bocado y un trago, son las tres y media.

            Se está bien allí pero hay que continuar para abajo y lo hacemos, poco después, tranquilamente hasta el Paso del Onso, luego el Llano Cheto, el hayedo y a las cinco en La Sarra.

            Paramos en Sallent a echar un café en el casino recordando tiempos pasados y a las seis estamos en casa; bueno, a las cinco pues hay que atrasar los relojes una hora ya que nosotros no lo hemos hecho todavía. Hemos liquidado una jornada que en ciertos momentos se había puesto interesante y peleona.       

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